viernes, 24 de abril de 2009

Trinchera

Una trinchera se llena
de pajaritos
y las bombas explotan
al sur de la imaginación.
Los pajaritos espían y pían, escondidos,
y parece no existir nada que los haga callar.

Ocupa todas las trincheras
el piar ensordecedor
y las bombas casi ni se escuchan
de tan insignificantes.

Después, los pajaritos vuelan
en un reguero de plumas
que brota de la trinchera.

La lluvia llenará de agua
el seguro agujero, para inundar
el eco de los pajaritos
que siguen cantando
lejos, lejos,
y seguirán cantando,
lejos, lejos.

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